2019.Traje Paisaje

Traje paisaje.
Traje paisaje.
Una casa para vivir
Una invitación a una casa para vivirla
Una invitación a una casa.
Una casa de 3,40m de ancho,
Con muchos pequeños espacios,
Comprimida, excesiva.
traje paisaje.
Partículas de paisaje
a veces comprimidas y excesivas

Un paisaje en una casa.
Invadir la casa
Pensar, el papel de la casa,
el papel de la ciudad
la ciudad en una tierra de agua,
El papel de la tierra.
Tierra viva de insectos. Mosquitada.

A veces el agua tiene sed de tierra
La acción llegó hasta esta casa.
Atravesar la ciudad como agua
Y entrar en la casa.

Cristi M. Aimaretti 2019, Espacio A

Las fotos están ordenadas en función al recorrido por la casa. Empezando en la ventana del frente todos los viernes se instalaba una instalación de recepción así como una pequeña picada, quienes vinieron eran huéspedes y así era su atención, la escalera del ingreso era solo para bajar, En el Living comedor estaban «El Papel de la Tierra», intervenido por Aldana Mestre con un Mapping, «Refugio para amparo posible», una pantalla a modo de televisor con «A veces el agua tiene sed de tierra», instalación «Cada Hebra un latido» luego en el distribuidor otra parte de la serie «Refugio para amparo posible», una mesa con la picada, una puerta que daba a la sala de revelado donde colgaban retratos en grafito y en barro sobre papel, la video performance «Quiero» y una pintura de óleo sobre lienzo de la serie «Los Escorzos de La Tierra». Luego encontrábamos una escalera Caracol, sí CARACOL que se transformó en una instalación transitable con pared de caracoles «de Petos y Corazas», al llegar el suelo era un embalsado de totoras para pisar allí los carteles conducían a la instalación «Transparencia, reserva forzosa» que tenía sonidos de agua. Allí había otra escalera que recorría una instalación armada con ·estado de Naturaleza» y una silla para llegar arriba donde estaba la caña que acompañó la performance y en la inauguración y todos los viernes la pared del edificio vecino se transformó en pantalla gigante para proyectar la misma performance llegado a la casa. Al bajar el regreso era por una habitación cuyo ingreso tenía telas mosquiteras que había que abrir para pasar a un espacio iluminado de rojo dende estaban apoyadas y colgadas piezas de la serie «Mosquitada» con un sonido potente de zumbido de mosquitos. Luego para seguir se pasaba por otra puerta con mosquiteras a modo de cortinas y desde el pasillo la pared del edificio vecino reverberaba de imágenes si se miraba atrás, la escalera de caracoles asomaba, al bajar las escaleras una última pequeña pieza de «refugio para amparo posible» Para bajar con mucho cuidado y encontrarse con la puerta de salida. A las acciones que se fueron desarrollando todos los viernes que duro la muestra, de las cuales participaron; Mariana Gerosa, en «ensayo de mimesis (body painting)», Karina Mendoza, que intervino con un micro universo maravilloso una de las instalaciones. También hubo lectura de poesías por Gabriela Schuhmacher, Cecilia Rugna, Maria Cecilia Moscovich y Candelaria Rivero (sugeridas por Pablo Cruz), algunas ediciones de «a veces el agua tiene sed de tierra» llegaron hasta la casa durante la muestra. Un placer trabajar en conjunto en «Espacio A» con Aldana Mestre y Santiago Ibarra.